El proyecto plantea la reforma del impuesto de gases fluorados, utilizados como refrigerantes, para gravar no solo las fugas de gas sino también cualquier nueva instalación o equipo de refrigeración.
La ley de reforma del impuesto que empezó a estudiarse a finales del año pasado, se quiere aprobar ahora con urgencia para que entre en vigor en septiembre; y no se les ha ocurrido mejor manera que esconderlo como una enmienda a una ley ya en trámite, aunque nada tenga que ver con ella.
Así, aprovechando la tramitación en el Congreso de la nueva Ley de Transparencia el PSOE ha ‘colado’ entre las enmiendas a la ley todo el proyecto de ley de reforma del impuesto de gases fluorados, que lleva oculto el nuevo impuesto a los nuevos aparatos de refrigeración, aire acondicionado y electrodomésticos.
De aprobarse las pretensiones del Gobierno, las asociaciones sectoriales estiman un impacto sobre los precios de los equipos e instalaciones nuevas de hasta un 10% según el refrigerante y el sistema de refrigeración o aire acondicionado considerado. El nuevo impuesto repercutiría en numerosos sectores de la economía, pero principalmente en los hogares, el pequeño comercio, la hostelería, la industria y la distribución alimentaria.
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